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“Ya
no soy esclavo del temor, yo soy hijo de Dios”
El
Temor
El temor no es un
sentimiento, es una emoción, esta emoción infringe en nosotros indefensión, nos
sentimos indefensos e incapaces de rebelarnos ante tal sugestión, y llega a
convertirse en fobias; el temor no es el miedo natural que tenemos cuando
estamos en peligro y evadimos el tal, el temor es un estado de postración en el
cual el ser humano se deja sumergir, muchas o pocas veces, no sabemos su origen
y lo que está detrás de él. Cuantas
veces nos hemos sentido atemorizados
porque nos sentimos desamparados, sin respuestas sin solución, solos! porque no tenemos un
punto de apoyo o simplemente alguien a quien acudir.
Razones
para temer:
El individuo natural se
prepara; para obtener cientos de razones para temer cuando hay miles de razones para no temer, la
preparación del temor viene y nos acompaña desde niño, obedece a reacciones que tenemos ante posibles peligros, cuando nuestros padres o tutores ,nos abordan
e infunden miedo en las primeras tentativas de liderar autoridad y
supremacía nuestros primeros pasos son
acompañados en un clima de inseguridad, desasosiego al enseñarnos ,que siempre seremos lastimados
en nuestro primer intento esto conlleva a lo desconocido y aterrador, y nuestro
ser, se acostumbra que cada vez que hay incertidumbre debe existir temor.
Los
primeros intentos:
Son experiencias que
arrojará una causa y efecto de las cosas
a descubrir, que como seres intuitivos y curiosos debemos tener, resbalones aporreones caídas estrepitosas, a
veces avisadas o no, pero experiencias que van entrenando al ser con
capacidades a deslizarse ante ellas de manera natural, suelta espontanea.
El
Primer Adán Desobedece
Nuestros primeros
padres fueron instruidos a no desobedecer, las instrucciones de nuestro Dios,
un paraíso de posibilidades de conexión con sus sentidos traducido en: frutos árboles,
sembradíos etc. No había temor todo estaba descubierto a sus ojos , todo sabor
había degustado su paladar, nada había sido encubierto para el, solo la
prohibición y la ordenanza desencadenó el suplicio de pasar una y otra vez
frente a la fruta prohibida sin poder siquiera mirarla; desencadenó, el
desafuero que dio inicio al temor , ya realizado el pecado de desobedecer a la
voz de su Creador provocó, el más terrible miedo que pudiesen haber tenido, y
se escondieron, porque el temor después de la desobediencia a ultranza nos
conlleva a escondernos de la presencia de Dios
La
Limitación
La limitación también
nos llena de temor, cuando no estamos seguros de tener conocimiento sino vago de las cosas, nos
limitamos a ver los toros desde la barrera, cualquier entrada primaria hacer
las cosas por vez primera, sabiendo nuestras limitaciones, que no hay capacidad,
para realizar cualquier tarea por muy pequeña que esta sea, si no hay
conocimiento de cómo hacerla; nos impregna de mucho miedo a realizarla
La limitación nos lleva
a la inseguridad y por consecuencia nos da miedo realizar una tarea a menos que
nuestra osadía nos arrastre hacer mal las cosas; lo que nos dará un marco de
frustraciones instantáneo, y siempre existirá el temor para volver a recomenzar
lo antes expuesto.
La palabra de Dios quien siempre nos dará
ejemplos para aportar, nos relata acerca del primer Rey de Israel, quien
después de ser investido y ungido se esconde entre los bagajes de su padre
terriblemente asustado, 1 Samuel 10:22 Preguntaron, pues, otra vez a Jehová si
aún no había venido allí aquel varón. Y respondió Jehová: He aquí que él está
escondido entre el bagaje.
Se trata de Saúl primer
rey sobre Israel, quien por su inexperiencia se sintió atemorizado, aterrado
ante tal responsabilidad, sus limitaciones y falta de conocimiento en el área,
le hicieron reaccionar de esta manera tan infantil
Las
carencias: Arma letal para infundir temor:
La falta de recursos
puede inmovilizarte para dar zancadas adelante, carencias de todo tipo aparecen
y reaparecen cuando de recursos escasos se trata. Nos volvemos inoperantes, timoratos,
faltones precarios e impotentes porque
estamos escasos de recursos y falta de producción. Peor es la carencia del
corazon ,sin impartición de bienes espirituales lo que nos implica una vida improductiva
llena de sinsabores y desaciertos que también aplica; el temor en nuestros
corazones, una vida carente de frutos
espirituales para repartir e impartir, nos delimita a la precariedad.
” dadle vosotros de
comer” fueron las palabras de nuestro Señor a sus discípulos, Lucas 9:13 Él
les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco
panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para
toda esta multitud.
Ante el poco alimento y la incapacidad monetaria para
comprarlos; se presenta la disyuntiva temeraria de alimentar una multitud con
apenas cinco panes y dos pescados, cualquier persona ante tal reto entraría en
pánico, la multitud (que acompañaba al
maestro y sus discípulos) comenzaron a desmayar; era imperiosa la ingesta de alimentos
llevaban tres días sin comer o comiendo muy poco, era obvio que el temor
amenazara como un arma silenciosa a los discípulos, mas Jesús sabía lo que
hacía como sabe lo que hace hoy con nosotros ante lo precario de la pobreza ,”
a los pobres siempre lo tendréis con vosotros”… Juan 12:8
Y
que con las enfermedades?
Los hilos del temor
enredan cada vez más a los que padecen
distintas enfermedades crónicas y no curables, aquellas que teniendo
remedio y paliativos, cada vez se ve más distante la cura y sobresalta el
corazón al saber que nos hundimos cada vez más en ellas.
Mateo 17:22 Y
muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes
hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.
Esta vez tocó a un Padre
llevar a su hijo ante el Señor; este
chico, desde niño; era azotado por un espíritu mudo, aterrado ante tal
situación le explica al único ser que puede ayudarle a sacar el temor y librarlo de tan cruel enfermedad espiritual,
el resultado Jesús lo sanó.
Miedo a lo desconocido
Cuando desconocemos la palabra de Dios
y su contenido; silenciamos muchas veces sus verdades, nos es más fácil
acatar lo que conocemos de la vida, sus argumentos, sus principios, sus valores
humanos, que lo escrito por un Dios a quien conocemos de manera sobrenatural y a
quien no hemos visto jamás, eso puede
provocar en el hombre natural y carnal
un miedo hacia lo que no conoce, creyendo que Dios es etéreo,
impersonal, al máximo, que no nos es posible siquiera nombrarle y sustituimos
su nombre por seudónimos como el eterno, preferimos irnos a raíces de lenguas
hebraicas , pero convencidos que ese Dios desconocido y distante perpetra en
nuestras vidas tal temor, casi rayando a lo terrorífico.
No conocemos al Dios que nos ha liberado de la esclavitud del temor,
desconocemos también la manera de hacerlo ,de representar su gran poder para
tal efecto.
Imperiosamente ante esta ponencia dedicamos un poco de tiempo a explicar
la forma, de como ya,” no somos esclavos del temor”.
Jesús dice: Juan 14:27 La paz os dejo, mi paz os
doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga
miedo
La clave para salir del temor Jesús la da y le llama paz, Jesús promete
que nuestro corazón no debe turbarse, no hay razón; para cuando nos es
entregada la paz de Dios, en el fruto de su Espíritu, para que vivamos más en
temor. Lo próximo a seguir para la
absolución y el destierro total del temor a la vida y su altibajo, aplica al
amor que es derramado en el corazón de hombre dado por el Espíritu de Dios que
mora en él.
El verdadero amor y el temor
1 Juan 4:18
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor;
porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido
perfeccionado en el amor.
El castigo que lleva la falta de amor está reflejado en el temor, Dios
precipita su verdadero amor en el corazón del hombre quien se arma de una
capacidad asombrosa de echar fuera la duda, que alimenta el temor en todas sus
fases. El que vive en temor no ha sido perfeccionado en el amor, el amor es el
principal fruto del Espíritu de Dios, que a pesar, de las faltas de este, en
otros corazones no se inmuta , no guarda rencor, todo lo espera es paciente es
benigno y todas las cualidades que en 1 de corintios capítulo 13 hay.
No hay otra forma de echar fuera el temor, es reconocernos que somos
hijos y no esclavos, que somos de El y para El.
Colosenses 1:16 Porque por él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y
que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue criado por él y para él
Si le pertenecemos el tendrá cuidado absoluto (valor totalmente absoluto) de nosotros,
diremos como dice el salmo 91: debajo de sus alas estaremos seguros, no
temeremos al terror nocturno ni saeta que vuele de día ni mortandad que en
medio del día destruya, caerán a tu lado mil y y diez mil a tu diestra más a ti
no llegará.
CUANDO HAY SEGURIDAD, QUE EN
CRISTO ESTAMOS SEGUROS, YA PODEMOS ALZAR NUESTRA VOZ Y DECIR A VOZ EN CUELLO, “
YA NO SOY ESCLAVO DEL TEMOR, YO SOY HIJO DE DIOS”